Como si de una catástrofe sísmica se hubiese tratado, nadie esperaba la llegada de la pareja de Martita. Lo primero que recuerdo es ver la llegada de un tipo con un semblante extraño, desencajado y hasta algo agresivo, distinto al resto de la respetable concurrencia de la chanchada-al-palo: pantalones jean y polo ajustados, una gorra cubriendo su… Continúa leyendo ¿Víctima, victimario, testigo o cómplice? – Lo sucedido